Arranca el mes de Junio y con él la recta final para que empiece el verano y sus ansiadas vacaciones. Pero lo cierto es que, para los Padres y Madres, además de buen tiempo y jornada intensiva, también supone un esfuerzo por establecer una conciliación entre el tiempo libre de los más pequeños con el nuestro. O incluso algo más difícil: ¿Qué hacer cuando no podemos estar delante?
Es entonces cuando aparecen las cuestiones rutinarias sobre si les llevamos a campamentos o los dejamos con los abuelos, si les ponemos profesores particulares para aquellas asignaturas en las que están más flojos, si compramos el abono para la piscina… Pero una de las preguntas que también debemos hacernos es el cómo vamos a plantear su tiempo libre y los ratos sin nada que hacer. La realidad es que no se suelen planificar y al final espontáneamente esos ratos libres acaban frente a las pantallas.
¿Nos damos cuenta de que cómo esa solución va a influir en sus gustos hacia el entretenimiento? ¿Les estamos enganchando a las pantallas?
Lo cierto es que en España las cifras de adolescentes con síntomas de adicción al móvil son alarmantes, en torno al 22%, según datos de Aprender a Educar. De hecho, Asociaciones como Proyecto Hombre o incluso la Comunidad de Madrid, ya están preparando dispositivos de ayuda para familias y adolescentes que cada vez presentan conductas más preocupantes. A todo esto, se le suma que el uso de los dispositivos móviles aumenta en verano un 60% en Usuarios de entre 16 y 35 años y un 10% el consumo de datos móviles.
El uso de los dispositivos móviles aumenta en verano un 60% en Usuarios de entre 16 y 35 años.
Es una realidad. Muchos se refieren a las nuevas generaciones como los “nativos digitales”, pero es necesario seguir insistiendo para combatir este argumento, que en muchas ocasiones resulta simplemente “cómodo”. Los niños no nacen aprendidos por mucho que pertenezcan a la era digital, sino todo lo contrario, son más vulnerables.
Tener estos dispositivos tan disponibles, su carga social y la fascinación que les genera, puede desembocar en un uso inapropiado o excesivo, provocando problemas como “conflictos familiares, bajo rendimiento escolar, aislamiento social…”, como apunta Rocío Gangoso, Psicóloga y Orientadora Familiar del Servicio de Prevención de Adicciones de Madrid.
El primer paso, desde luego, es establecer con los niños un marco de supervisión y unas normas claras para que conozcan dónde están los límites de tiempo, visitas al día, horas de conexión, aplicaciones adecuadas y tiempos de uso, etc. Con este objetivo, la App de Smartme Family ofrece, tanto a los padres como a los niños, la información precisa para sentar las bases de un uso responsable del móvil.
Establecer con los niños un marco de supervisión y unas normas claras.
Instálala en tu teléfono y en el de tus hijos y empieza a medir cuáles son los hábitos reales en los Smartphone de tu familia. En verano van a tener más tiempo. Cómo puedes controlar ¿qué contenidos consume?, ¿durante cuánto tiempo?, ¿es uso adecuado para su edad? La App de Smartme Family va te dará respuesta a estas dudas, para apoyarte en la educación digital de tus hijos.
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